La profesión docente es muy bonita, sin embargo no está exenta de "enfermedades", digamos "laborales" porque la sufren muchos maestros a lo largo de su docencia, son el síndrome de Bournot o del "maestro quemado" y las depresiones propias de la profesión. Hay que saber detectar, reconocer y evitar estas enfermedades que afectan al maestro, a sus alumnos, a su familia y al entorno laboral donde se producen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario